Hace casi diez años, el
gigante chino Yao Ming aterrizaba en EEUU en la primera elección del
draft. Mucho escepticismo rodeaba esa elección, ya no sólo por lo
exótico del fichaje (jugador chino, sin apenas experiencia contra
rivales de entidad y físico propenso a lesiones), sino porque en la
NCAA había un jugador que había roto innumerables registros y
estaba predestinado a ser una de las grandes estrellas de la NBA en
el recién estrenado milenio. Su nombre era Jason Williams, Jay
cuando llegó a la NBA, venía de Duke y jugaba en el puesto de base.
Jason provenía de New Jersey donde fue
galardonado con casi todos los premios posibles en el instituto,
destacando su elección para el partido del McDonald's All American,
donde se enfrentan los mejores jugadores de instituto del país. Era
un base anotador, demoledor de la línea de tres puntos y con buenos
instintos para el pase sin llegar a ser un director de juego.
Rápidamente llamó la atención al mismísimo Coach K, que no dudó
en reclutarle y darle galones en sus Blue Devils. Ya en su primera
temporada se hizo con el puesto de titular y arrasó convirtiéndose
en el mejor “freshman” de la conferencia ACC y entró en el
quinteto freshman de la temporada. Las campanas empezaron a sonar y
su nombre se convirtió en un fijo en las agendas de toda la liga
profesional americana.
En su segundo año formó uno de los
mejores dúos de la historia de Duke junto a Shane Battier, superando
ambos los 700 puntos aquella temporada. Lideró a Duke en anotación
(21.4ppp) y fue el primer jugador de los Blue Devils en liderar la
liga en este apartado desde Dany Ferry (1989). Aque año 2001, Jason
dejó un momento grabado para toda videoteca histórica de la NCAA.
Se disputaba un partido de la liga regular en la ACC entre Duke y Maryland. Los de
Mike Kryzewski iban perdiendo de 10 (80-90) a falta de unos 55
segundos y Williams anotó una entrada sin ninguna complicación.
Maryland saca de fondo y Jay roba el balón y anota un triple forzado
que deja el partido 5 abajo (85-90) y 48.7 segundos por jugar. Gary
Williams (Maryland) pide tiempo muerto al que responde Duke con una
defensa a toda la cancha que acaba con una falta personal antes de
siquiera sacar. Un imberbe Drew Nicholas, que más tarde sería una
estrella en Europa, falló los dos tiros libres y los de Duke, tras
coger el rebote, hacen llegar el balón a Jason Williams que vuelve a
tirar de tres tras un bloqueo en la frontal y pone a su equipo a 2.
14 segundos le bastaron para dar la vuelta al partido. Más tarde,
Nate James empató y llevó el partido a la prórroga donde Duke ganaría el partido. Aquel año también
fueron campeones de la NCAA contra Arizona y parecía que eso sería
un broche genial a su carrera y daría el salto.
Pero no, Williams decidió seguir un
año más en Duke donde volvió a hacer una temporada de ensueño.
Hizo registros anotadores similares a la temporada anterior, su
equipo volvió a ser el nº1 de la nación y finalmente fue
galardonado con el premio a mejor jugador del año (Naismith y John
Wooden). Por si esto fuera poco, acabó su carrera de Sociología en
solamente 3 años. Eso sí, aquel año no acabó del todo bien para
él. En el Sweet Sixteen (octavos de final) del March Madness los
Blue Devils acabaron eliminados de forma sorprendente contra la
universidad de Indiana liderada por Jared Jeffries. Williams volvió
a ser protagonista del partido, ya que tras anotar un triple
inverosímil a falta de pocos segundos que acabó con tiro adicional.
Sin embargo, aquel lanzamiento libre no acabó entrando y fue apeado
del torneo. Una pequeña mancha en una brillantísima carrera
universitaria que culminaría con su dorsal número 22 retirado en el
pabellón de su universidad.
Habían una gran razón para dudar de
Yao y tenía nombre y apellidos. Finalmente, Jay Williams acabó
siendo seleccionado por unos Chicago Bulls en su enésima temporada
de reconstrucción. Su temporada fue del todo buena para lo que se
esperaba, (alrededor de nueve puntos y cinco asistencias por partido)
pero había dejado retales de jugador especial, siendo el primer
novato desde Michael Jordan en conseguir un triple doble para los
Chicago Bulls.
Sin embargo, su carrera acabó truncada
al poco de terminar la campaña 2002-2003, a mediados de Junio. Jay
cogió una moto de gran cilindrada que se había comprado una semana
antes y salió a dar una vuelta sin casco. Sin darse cuenta acabó
teniendo un aparatoso accidente en el que sufrió una rotura de
cadera, acabó con los ligamentos de la rodilla rotos y con un serio
daño en el nervio de una pierna que corrió riesgo de ser amputada.
Los Bulls, pese a romper las condiciones de su contrato al realizar
una actividad peligrosa, decidieron pagarle el “buyout” de su
contrato (unos tres millones de dólares) para que pudiese costearse
su larguísima rehabilitación.
Finalmente, tras unos intentos
infructuosos de volver a la NBA en los que llegó a tener un contrato
no garantizado con los Nets, Jason Williams trabaja como especialista
en baloncesto universitario para ESPN y se dedica a dar charlas
motivacionales.
Quizás estemos hablando de uno de los
cinco jugadores más importantes de la última década en el
baloncesto universitario y probablemente de toda la historia. Un
error inesperado que no se podía imaginar en un alguien de la
aparente madurez de Jay acabó truncando una carrera de all-star
perenne. Ya lo decía Ruben Blades: “La vida te da sorpresas,
sorpresas te da la vida...”
*Publicado en Basket4us el 7/10/11
*Publicado en Basket4us el 7/10/11
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