viernes, 30 de marzo de 2012

Jason (Jay) Williams, una duda razonable.


Hace casi diez años, el gigante chino Yao Ming aterrizaba en EEUU en la primera elección del draft. Mucho escepticismo rodeaba esa elección, ya no sólo por lo exótico del fichaje (jugador chino, sin apenas experiencia contra rivales de entidad y físico propenso a lesiones), sino porque en la NCAA había un jugador que había roto innumerables registros y estaba predestinado a ser una de las grandes estrellas de la NBA en el recién estrenado milenio. Su nombre era Jason Williams, Jay cuando llegó a la NBA, venía de Duke y jugaba en el puesto de base.

Jason provenía de New Jersey donde fue galardonado con casi todos los premios posibles en el instituto, destacando su elección para el partido del McDonald's All American, donde se enfrentan los mejores jugadores de instituto del país. Era un base anotador, demoledor de la línea de tres puntos y con buenos instintos para el pase sin llegar a ser un director de juego. Rápidamente llamó la atención al mismísimo Coach K, que no dudó en reclutarle y darle galones en sus Blue Devils. Ya en su primera temporada se hizo con el puesto de titular y arrasó convirtiéndose en el mejor “freshman” de la conferencia ACC y entró en el quinteto freshman de la temporada. Las campanas empezaron a sonar y su nombre se convirtió en un fijo en las agendas de toda la liga profesional americana.

En su segundo año formó uno de los mejores dúos de la historia de Duke junto a Shane Battier, superando ambos los 700 puntos aquella temporada. Lideró a Duke en anotación (21.4ppp) y fue el primer jugador de los Blue Devils en liderar la liga en este apartado desde Dany Ferry (1989). Aque año 2001, Jason dejó un momento grabado para toda videoteca histórica de la NCAA. Se disputaba un partido de la liga regular en la ACC entre Duke y Maryland. Los de Mike Kryzewski iban perdiendo de 10 (80-90) a falta de unos 55 segundos y Williams anotó una entrada sin ninguna complicación. Maryland saca de fondo y Jay roba el balón y anota un triple forzado que deja el partido 5 abajo (85-90) y 48.7 segundos por jugar. Gary Williams (Maryland) pide tiempo muerto al que responde Duke con una defensa a toda la cancha que acaba con una falta personal antes de siquiera sacar. Un imberbe Drew Nicholas, que más tarde sería una estrella en Europa, falló los dos tiros libres y los de Duke, tras coger el rebote, hacen llegar el balón a Jason Williams que vuelve a tirar de tres tras un bloqueo en la frontal y pone a su equipo a 2. 14 segundos le bastaron para dar la vuelta al partido. Más tarde, Nate James empató y llevó el partido a la prórroga donde Duke ganaría el partido. Aquel año también fueron campeones de la NCAA contra Arizona y parecía que eso sería un broche genial a su carrera y daría el salto.



Pero no, Williams decidió seguir un año más en Duke donde volvió a hacer una temporada de ensueño. Hizo registros anotadores similares a la temporada anterior, su equipo volvió a ser el nº1 de la nación y finalmente fue galardonado con el premio a mejor jugador del año (Naismith y John Wooden). Por si esto fuera poco, acabó su carrera de Sociología en solamente 3 años. Eso sí, aquel año no acabó del todo bien para él. En el Sweet Sixteen (octavos de final) del March Madness los Blue Devils acabaron eliminados de forma sorprendente contra la universidad de Indiana liderada por Jared Jeffries. Williams volvió a ser protagonista del partido, ya que tras anotar un triple inverosímil a falta de pocos segundos que acabó con tiro adicional. Sin embargo, aquel lanzamiento libre no acabó entrando y fue apeado del torneo. Una pequeña mancha en una brillantísima carrera universitaria que culminaría con su dorsal número 22 retirado en el pabellón de su universidad.


Habían una gran razón para dudar de Yao y tenía nombre y apellidos. Finalmente, Jay Williams acabó siendo seleccionado por unos Chicago Bulls en su enésima temporada de reconstrucción. Su temporada fue del todo buena para lo que se esperaba, (alrededor de nueve puntos y cinco asistencias por partido) pero había dejado retales de jugador especial, siendo el primer novato desde Michael Jordan en conseguir un triple doble para los Chicago Bulls.

Sin embargo, su carrera acabó truncada al poco de terminar la campaña 2002-2003, a mediados de Junio. Jay cogió una moto de gran cilindrada que se había comprado una semana antes y salió a dar una vuelta sin casco. Sin darse cuenta acabó teniendo un aparatoso accidente en el que sufrió una rotura de cadera, acabó con los ligamentos de la rodilla rotos y con un serio daño en el nervio de una pierna que corrió riesgo de ser amputada. Los Bulls, pese a romper las condiciones de su contrato al realizar una actividad peligrosa, decidieron pagarle el “buyout” de su contrato (unos tres millones de dólares) para que pudiese costearse su larguísima rehabilitación.

Finalmente, tras unos intentos infructuosos de volver a la NBA en los que llegó a tener un contrato no garantizado con los Nets, Jason Williams trabaja como especialista en baloncesto universitario para ESPN y se dedica a dar charlas motivacionales.

Quizás estemos hablando de uno de los cinco jugadores más importantes de la última década en el baloncesto universitario y probablemente de toda la historia. Un error inesperado que no se podía imaginar en un alguien de la aparente madurez de Jay acabó truncando una carrera de all-star perenne. Ya lo decía Ruben Blades: “La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida...”

*Publicado en Basket4us el 7/10/11

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